Desde hace unos años mi amiga Marisa Moreno trabaja en un proyecto extraordinario para arrojar luz sobre temas de dominio público. La idea es simple, como todas las cosas que nacen de una fe profunda y de un talento poco ordinario. En un pequeño estudio de televisión en Toledo, en un sótano noble del centro histórico, cada semana se graba una conversación de apenas 30 minutos. Grabado de un tirón, en una sola toma. Con tres planos y dos interlocutores. Una media luz y ambiente de confianza, casi familiar, donde el buen hacer de Miguel Larriba, pone el resto.
La linealidad de la forma permite atención preferente al fondo. Los temas son conversados previamente en una comida de trabajo, pero las preguntas están abiertas. Y de hecho, el desarrollo es imprevisible como tiene que suceder en cualquier conversación libre y profunda. Como además es un canal de televisión local e independiente, no hay más patrón que el servicio a la verdad. La serie de entrevistados es de una factura extraordinaria. Todos ellos líderes en sus ámbitos profesionales. Nombres como Joaquín Leguina, Jesús Banegas, José Manuel Otero Novas, Fernando García de Cortázar, Jaime Mayor Oreja o Justino Sinova dan una idea de la densidad de los contenidos.
El resultado es un rato de televisión de mucha calidad donde se arroja pensamiento y criterio sobre política, economía, historia, familia… y todo lo que surja a lo largo de la conversación.
Os dejo el último programa al que he tenido el honor de asistir.